sábado, 10 de mayo de 2014

De regreso al bloguerismo

Hace 3 años dejé de escribir en el blog. Dejé de escribir porque sí, porque no se me ocurría qué escribir, porque las cosas que se me ocurrían las escribí en otras plataformas, y qué se yo, pero dejé de escribir. Y ahora volveré a escribir.

Hace 3 años el último post que escribí correspondía a un texto de mi abuela, lo escribí porque en esa fecha ella falleció. No fue por eso que dejé de escribir, ni tiene que ver directamente con ella el hecho que vuelva a escribir (uso la palabra "directamente" porque lo cierto es que nuestros ancestros siempre tienen, de una u otra forma, influencias en aquello que decidimos hacer). Pero pese a qué mi abuela no tenga nada que ver con estas desapariciones y apariciones de la blogósfera, creo que es interesante buscar y unir coincidencias.

Mi abuela empezó a escribir por ahí por sus últimos 15 años de vida, por una necesidad de dejar registro de sus pensamientos y recuerdos (maravillosos recuerdos del desierto de Chile de la primera mitad del siglo XX). Lo que mi abuela escribía y el formato en que mi abuela escribía son tan lejanos a las historias que yo vivo y al formato que estoy usando para escribir, pero las razones que nos mueven son las mismas.

Dejar un registro. ¿para quien? para qué? ni idea.

Claramente no hay pretensiones de ser un aporte a la literatura nacional ni nada así, sino simplemente dejar guardaditas en alguna arte estas ideas que pasan a ratos por la vida. Muchas cosas no las leerá nadie, probablemente ni siquiera las lea yo en un tiempo más. Entonces para qué dejar un registro? la verdad es que no lo sé. Es una especie de resguardo contra la amnesia, para en el futuro no olvidarme de cómo pensaba hoy y de las cosas que alguna vez me interesaron. De hecho, vuelvo a escribir porque muchas ideas que pasan por redes sociales son rápidamente sepultadas en uno o dos días de nuevas ideas y enlaces, y quisiera dejar al menos un breve registro de eso, aunque nadie lo lea, aunque no tenga sentido.

Vuelvo a escribir. Y así como mi abuela escribía en un cuaderno historias de un pueblo que ya no existe, yo escribiré conectada al mundo entero ideas de un mundo globalizado con un exceso de registros que nadie revisa.

domingo, 1 de mayo de 2011

LAS ESTACIONES DEL RECUERDO

LAS ESTACIONES DEL RECUERDO
De Ana Valdebenito


He querido retroceder en el calendario de mi vida,

re-encontrarme con mi niñez,

y mi tierra salitrera.

Quiero sacudirme la nostalgia para ver la nada.

he llegado a la estación de Gallinazos,

donde no hay nada,

nada;

pero qué importa si no está la casa de todos los días,

la llevo en el corazón.

En la nada de esta sombría estación

el tiempo se ha detenido,

y es el viento,

el único que no claudica en su silbar.

El cielo siempre azul,

en la bóveda de la noche,

las estrellas luminosas fueron nuestra luz,

y eternas compañeras.

Semiocultos en el salar,

distingo algunos rieles y durmientes

creo ver a mi padre,

con su uniforme de Jefe de Estación

recibiendo y despachando trenes.

Cómo no recordar

a la encargada del correo en la oficina Brach,

de pie, en medio de la calle,

rodeada por la gente,

lanzaba las cartas por el aire,

si el destinatario respondía a su llamada.

...fue el primer correo aéreo que conocí

Y la celebración, con guitarras y sandungas,

de la llegada de un nuevo año, en la oficina Virgo.

Cómo olvidar los sábados por la tarde

en la oficina Alianza,

cuando un grupo de hombres jóvenes

se ponían a tocar sus instrumentos,

y todos coreábamos:

...chiu chiu, chiu, chiu, cha,

canta, canta, pajarito que tu cantar me alegra el corazón”.

La oficina Iris,

donde todo el día escuchábamos tangos y zambas

de radios argentinas.

Imposible olvidar la soledad,

en la abandonada estación La Noria.

cómo nos asustábamos cuando niños

escuchando al eterno viento,

golpeando las puertas y ventanas,

tomados de las manos,

muy quietos,

esperábamos que las ánimas del desierto,

siguieran su camino.

Recuerdo la oficina Lagunas

y sus salares,

donde después de bañarnos

teníamos que sacudirnos la sal pegada al cuerpo.

Y la Estación Pintados

con su cerros llenos de jeroglíficos,

pintados hace miles de años

Veo a Paposo y sus bateas

aún con restos de salitre,

que el tiempo y el sol

han logrado poner amarillentos.

La oficina Hamberstone,

en sus días de gloria,

cuando íbamos a la filarmónica, al teatro,

o a la piscina.

¡Ah!,

si todo pudiera recomenzar,

aunque fuera como el pasajero extraño

de un tren fantasma,

volvería a mi desierto,

para, en medio del silencio,

conversar con el silbido del viento .

Aún te sueño,

aún te quiero,

aunque no quede nada..

sábado, 19 de febrero de 2011

Flojeando una tarde de sábado


Mirar el techo, conversar y escuchar música una tarde de sábado nos lleva a importantes descubrimientos:
  • Dudo escuchar alguna vez de una amiga "uy! si, justo ayer un gorila gigante se enamoró de mi, no sé que hacer" ... definitivamente King Kong no es una historia de amor realista.
  • Cuando tenemos la ventana de la pieza abierta y riegan el condominio de al lado de mi edificio el agua se siente muy cerca, como cayendo encima de uno.
  • Que Colin Greenwood no es sólo el hermano de Johnny como pensé alguna vez, de hecho compuso temas re buenos.
  • Que Sergio Leone ama el cine y por eso lo amamos a él.
  • Que hay más hiphoperos en la generación que hoy tienen 28 que en la generación que hoy tienen 31, o al menos lo habían más cuando estaba de moda Wu Tang Clan y Cipress Hill
  • Que la música de Charles Mingus está lista para hacer una porno de elefantes, de hecho debería haberle puesto a su banda "Elephant Porn".
  • Que escuchar en silencio "Wild is the Wind" de Nina Simone junto a la persona amada es especialmente emocionante.

PD: Probablemente este va a ser una de las pocas páginas a las que se va a llegar mediante la búsqueda de "Porno de elefantes" en google.

viernes, 7 de enero de 2011

La muerte

*Extracto del libro "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" de Haruki Murakami


—Oye, señor pájaro-que-da-cuerda —dijo May Kasahara con un carraspeo.

—¿Qué?

—Si el hombre viviera eternamente, sin desaparecer, sin envejecer, si pudiera vivir una juventud perpetua en este mundo, ¿crees que se rompería la cabeza, como hacemos nosotros, pensando en esto y aquello? Es decir, nosotros pensamos, más o menos, en muchas cosas, ¿no? Filosofía, psicología, lógica, o religión, literatura. ¿Crees que si no existiera la muerte surgirían todos esos pensamientos, esos conceptos tan complicados en la superficie de la tierra? Es decir...

May Kasahara se interrumpió en este punto y enmudeció. Mientras tanto, la expresión «es decir» quedó colgando, inmóvil, en la oscuridad del pozo, como un fragmento de pensamiento arrancado a la fuerza. Quizás hubiera perdido las ganas de seguir hablando. O quizá necesitara tiempo para pensar cómo continuar su discurso. Permanecí en silencio esperando a que prosiguiera. Mantenía la cabeza gacha. De repente, se me ocurrió que si quisiera matarme enseguida lo tendría fácil. Bastaría con traer un pedrusco y dejarlo caer dentro del pozo. Si tiraba varios, alguno me daría en la cabeza.

—Es decir..., lo que yo creo es que el hombre piensa en el significado de la vida porque sabe con certeza que va a morir algún día. ¿No te parece? ¿Quién se tomaría en serio el hecho de estar vivo si viviera eternamente? ¿De dónde surgiría esta necesidad? Aun suponiendo que la tuviera, uno acabaría diciendo: «Todavía tengo muchísimo tiempo. Ya pensaré en ello más adelante». Pero eso, en la realidad, no es así. Nosotros debemos pensar en este instante, aquí y ahora. Mañana por la tarde quizá muera atropellada por un camión. Quizá dentro de tres días tú mueras de hambre y de sed en el fondo de este pozo. ¿No es así? Nadie sabe lo que va a ocurrir. Por eso nosotros, para evolucionar, necesitamos la muerte. Eso es lo que creo. Cuanto más viva y gigantesca sea la presencia de la muerte, más pensaremos en ella. —Y en este punto, May Kasahara hizo una pausa—. Oye, señor pájaro-que-da-cuerda.

—¿Qué?

—Tú, ahí dentro, en la oscuridad, ¿has pensado en tu muerte?, ¿en cómo te irás muriendo ahí dentro?

Reflexioné un instante.

—No —dije—. No he pensado especialmente en ello.

viernes, 20 de agosto de 2010

Mi defensa a la fitoterapia

En el mercado de la salud existe una gran bolsa llamada "terapias alternativas" a la cual meten todo tipo de novedades. Desde terapias esotéricas pasando por terapias definitivamente chantas hasta terapias que nunca se han podido demostrar, la oferta es amplia: iriología, reiki, cromología!, biomagnetismo y la famosa homeopatía (terapia basada en un "principio" que jamás se ha demostrado).

En esta misma gran bolsa, y mezclada con todas las anteriores, suele caer la fitoterapia, es decir el uso de plantas para el tratamiento de enfermedades. La GRAN diferencia con otras "terapias alternativas" es que la fitoterapia tiene efectivamente bases científicas, sumamente sencillas. Y es que muchas plantas tienen sustancias que ejercen en nuestro cuerpo distintas acciones que permiten tratar síntomas y enfermedades... es decir, lo mismo que logra un compuesto farmaceutico puede lograrse por medio de alguna planta.

Por ejemplo, si la manzanilla tiene efectos antinflamatorio es porque sus compuestos (azuleno, la jaceidina, acido gentísico, bisabolol) tienen este valor. El laurel tiene entre sus compuestos el ácido salicílico cuyo principal efecto es la reducción del dolor (y dio pie a la famosa aspirina). ¿Sabe usted de donde proviene el mito que el ajo espanta a los vampiros? El ajo podía mantener alejadas a las pestes, debido a sus importantes propiedades bactericidas, fue utilizado incluso en guerras para mantener desinfectadas las heridas de los soldados.

En fin, cuando hablamos de fitoterapia, estamos hablando en serio por lo que se presenta como una REAL alternativa a la medicina convencional, para aquellos que por distintas razones quieren alejarse de esta. Lamentablemente al estar en la misma etiqueta que las "terapias alternativas" antes mencionadas, aquellos que, con justa razón, no creen en estas terapias de paso no creen tampoco en la fitoterapia, y quienes si creen si tienen suerte se podran topar con la fitoterapia, aunque es dificil dado que el mercado de terapias alternativas está principalmente copados por homeópatas e iriólogos.

Si usted quiere dar el paso hacia el uso de la fitoterapia aprovecho de darle algunos consejos:

  • Lea al respecto en lugares serios y que le permitan conocer el efecto de las distintas plantas, si el medio comienza a utilizar términos como "energía", "espíritu", etc, yo no confiaría mucho en eso. Le recomiendo el sitio de botánica: http://www.botanical-online.com/medicin1.htm que describe muy bien las causas de las enfermedades y propiedades de las distintas plantas, y le recomiendo además bajar el libro publicado por el Ministerio de Salud "que contiene las descripciones de las especies vegetales y sus usos reconocidos, así como las exigencias de su rotulación, contenidos que permitirán a los usuarios profundizar sus conocimientos y obtener el máximo beneficio de estas alternativas terapéuticas." http://www.redsalud.gov.cl/portal/url/item/7d97b17d7fbaa351e04001011f0103f2.pdf
  • Un gran pero que tiene la fitoterapia tiene que ver con las dosis, si se va a tomar tizanas con hierbas es más difícil calcular las dósis que pueden producir el efecto deseado. Para estos casos lo mejor es recurrir a pastillas, gotas o jarabes que contienen las dosis exactas. Al menos en el caso de farmacias knop tienen una amplia gama de productos fitoterapeuticos ¿cómo hacer para no confundir con homeopatía? opción 1: pregúntele al vendedor, opción 2: si el remedio en su composición utiliza términos D6, C9, etc, es porque se trata de un remedio homeopático (yo no lo compraría en ese caso), opción 3: los remedios suelen tener el nombre científico de la planta, así puede identificarlo.
  • Si se va a automedicar hágalo sólo si son enfermedades comunes y sencillas (resfríos, indigestiones, stress) si los problemas persisten o la cosa se ve complicada NO DEJE de ir al doctor por ningún motivo. Botiquín básico: Salvia y eucapiltus para los resfrios; manzanilla, boldo y menta para la buena digestión, Melisa y San Juan para el Stress.
  • Hágase siempre responsable de sus enfermedades!, nada nos sucede por arte de magia o por castigo divino! debemos comprender las causas y nuestra responsabilidad en ellas. Cuando vaya al doctor hágale preguntas como ¿cómo pudo haberse enfermado? ¿hizo usted algo que bajó sus defensas o generó directamente la enfermedad? ¿cuáles son todos los síntomas? ¿qué efectos le producirán las distintas cosas que le receta? ¿existen otros remedios que pueden generar los mismos efectos? ¿el tratamiento será sobre las causas o sobre los síntomas?.
  • Aproveche siempre los beneficios de la naturaleza, le permitirán sanarse comprendiendo y haciéndose responsable de su enfermedad, es más barato y no se coludirá con nadie para subirle los precios.