domingo, 30 de agosto de 2009

Asesinato?

*Extracto del libro "Viajes de un chef" de Anthony Bourdain

"...Cada vez que preguntaba a alguien cómo y en qué momento preciso había decidido privarse de productos animales, la contestación siempre hacía suponer una tragedia personal o decepción, que nada tenía que ver con la comida.

'Acababa de divorciarme', contestaba uno. 'Me había quedado sin trabajo', contestaba otro. 'Tuve un ataque de corazón', decía otro. 'Rompí con mi...', 'cuando decidí marcharme de Los Ángeles, empecé a pensar muchas cosas...'.

En cualquier caso (con mi irónica manera de pensar), se me ocurrió que algo los había amargado en el mundo que alguna vez los acogiera... Y que ahora buscaban con desesperación nuevas normas de vida, otra ortodoxia, algo en qué creer.
-¿ Has leído lo de las sustancias cancerígenas de la lubina rayada? - Me susurró uno apremiándome, como si la noticia le sirviera de consuelo.
- He leído en el ordenador cómo bombean esteroides al ganado - dijo otro jadeando.
Cualquier indicio de mala noticia en el frente de la salud era una victoria para su causa. Por lo visto, dedicaban mucho tiempo a confirmar sus temores sobre un mundo que no era el suyo. Rastreaban internet para conseguir datos sobre productos lácteos radiactivos, remolachas transgénicas, pescado contaminado, salchichas cancerígenas, carne afectada por encefalopatía espongiforme, la espantosa cámara de los horrores de mataderos y carnicerías.

También parecían curiosamente ajenos al hecho de que gran parte del mundo se acuesta con hambre todas las noches; de que, desde el principio de la evolución, las características básicas de los seres humanos se han desarrollado alrededor de la necesidad concreta de cazar a los animales mas lerdos y estúpidos, matarlos y comerlos.
- ¿Nunca os habeís despertado a medianoche, clamando por un trozo de beicon?
- No, nunca - replicaron todos y cada uno de ellos - Nunca nos hemos sentido más saludables.

Me resultaba muy difícil ser educado (aunque me superaban en número). Acababa de volver de Camboya, donde un pollo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. En sus confortables refugios suburbanos, esta gente se quejaba de la crueldad con los animales, sugiriendo que todo el mundo - desde los yupies suburbanos hasta los hambrientos conductores de triciclos camboyanos - debería empezar a comprar verduras orgánicas y caros sucedáneos de soja. Despreciar culturas enteras que lo han basado todo en recoger pescado y cosechar arroz, me parecía una actitud en extremo arrogante. (He oído hablar de vegetarianos que le dan de comer a sus perros alimentos vegetarianos. Eso es crueldad con los animales). Y la hipocresía de todo el asunto me tocaba los cojones...
...
Carne, dicen los tipos de la protectora de animales, significa 'asesinato'. Y sí, el vasto mundo de quienes comen carne a veces es cruel. ¿Pero que la carne equivalga a 'asesinato'? ¡Coño no!.
...
Asesinatos son los que cometen los hutus contra los tutsis, los serbios contra los croatas, los rusos contra contra los uzbekos, los blancos contra los negros. Y viceversa. Son los Chevy Suburban negros - pagados más que probablemente por los contribuyentes de Estados Unidos- que paran a las tres de la mañana para llevarse a rastras a tu hijo, sospechoso de no ser buen patriota y de estar demasiado aferrado a sus propias ideas. Asesinato es el que comete el hombre sentado al otro lado de la mesa en Phnim Penh para darse el lujo de una antena parabólica en el tejado, que le permita ver nuestras reposiciones de Airwolf, la televisión de Oriente Medio y a Pam Anderson en cámara lenta por una playa al sur de California.

Escondeos en vuestras preciosas casas y comed verduras, pensaba yo. Si os hace sentir mejor, poned una pegatina de Greenpeace o de la NAACP (asociación para el desarrollo de la gente de color) en el parachoque de vuestros Beemer (así podéis llevar a vuestros hijos a las escuelas exclusivas para blancos. Salvad la selva tropical - por todos los medios posibles-, de modo de que podáis visitarla algún día en scooter, provistos de calzado cómodo, hecho con el trabajo forzado de niños de doce años. Salvad una ballena, mientras millones de seres humanos siguen siendo vendidos como esclavos, mueren de inanición, viven jodidos y mueren ejecutados, torturados, olvidados. Cuando al lado de Sally Struthers, veáis monísimos críos pequeños entre los escombros de cualquier sitio del mundo, no dejéis de mandar unos pocos dólares."

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